Accidente vial
¿Vieron la película Tesis (Alejandro Amenábar, 1996)? Es una de mis favoritas. Si recuerdan, al principio Ángela, la protagonista, pasa frente a un accidente en el metro mientras reflexiona en la atracción que generan la violencia, el horror, el morbo, y se siente tentada (al igual que el resto de la gente) a mirar, pero un policía se lo impide y todos nos quedamos con las ganas (aunque lo neguemos) de ver sangre.
Bueno, pues lo experimenté en carne propia, aunque en pequeña escala. Ayer choqué en una de las calles principales de mi querido rancho (perdón, ciudad capital del estado de Tamaulipas). Mil personas deben haber pasado, entre ellas varias conocidas, y todas religiosamente disminuyeron la velocidad al pasar a nuestro lado para observar mientras nos poníamos de acuerdo, llegaban el agente de tránsito y el dictaminador, etc. Creo que hasta nos tomaron fotos, aunque la verdad no lo recuerdo, me lo comentó uno de los pasajeros del otro carro (por lo pronto no salí en ningún periódico, al menos que yo sepa). Pero las únicas que acudieron en mi ayuda fueron unas amigas de la oficina, que atravesaron media ciudad para venir a darme apoyo moral (se suponía que yo iba de regreso al trabajo - en el primer sábado de vacaciones - después de haber hecho unos mandados, y las llamé para avisarles que no iba a llegar). Increíble pero cierto. Gracias al cielo, nadie salió lastimado y la cosa no pasó a mayores.
Como el seguro se acababa de vencer y no lo habíamos renovado (iba en la camioneta de la familia) me va a tocar pagar todo el chistecito. Entre las anécdotas para la bitácora está el hecho de que el conductor del otro carro lo estaba probando para decidir si lo compraba (se supone que en el taller se lo tendrán listo a tiempo para que estrene en Navidad). Otra cosa es que el oficial le dijo a uno de ellos (eran 3 y yo iba sola) que se fuera conmigo en el carro para la oficina de tránsito (no me fuera a escapar, a pesar de que ya había aceptado mi responsabilidad y el agente tenía mi licencia y tarjeta de circulación) y el hombre quería ligar en el camino (Se me hace que ya te había visto antes en algún lado. ¿Eres soltera? Yo no estoy casado, pero ya estoy en edad de empezar a pensar en... etc. etc.) Un poco inoportuno el tipo. Por otro lado, un par de horas más tarde una amiga tuvo un accidente similar. En la noche nos reunimos en una posada a brindar por nuestra integridad física y moral, a pesar del agujero en nuestros respectivos aguinaldos.
Cambio de escena. Más tarde, ya de madrugada, un amigo de mi hermano se pasó un alto y se llevó dos vehículos. Saldo: 9 heridos. Ahora está en el hospital. Voy a pedir por todos los afectados.
Y yo doy gracias, infinitas gracias, porque a pesar de las distracciones, de las prisas, de todo lo que puede suceder, de todos los riesgos que pasamos por alto día con día, estamos bien.
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