Ex fumadora

Anoche soñé que fumaba.
Me despertó la nostalgia.
Llovía.

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El tacto del cigarrillo entre mis dedos
las lentas, profundas bocanadas
el humo traspasándose
.................boca a boca
de tu boca a mi boca
de otra boca a mi boca.

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Hasta los pies extrañan el gesto
rápido y sinuoso
para apagar el cigarrillo
arrojado casualmente al suelo
(ah, ese gesto de beisbolista
antes del lanzamiento).

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El encendedor.
Los cerillos.
El fuego.
La brasa encendida
en el otro extremo
de mi boca.

.Después
....la ceniza.

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Se empieza a fumar antes.
De las neblinas estelares
de la blanquísima sonrisa
del instante azul del silencio
de las garras inesperadas
del invierno
de las llagas expuestas
de la risa y otra vez
del silencio.
De las habitaciones sombrías
del pelo enredado
de las uñas y las piernas
del estertor nocturno
del algodón de azúcar
de las puertas selladas.

..Se aprende
.....después.

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Inhalar. Exhalar.
Mirar la lluvia a través de la ventana
tocar el vidrio
con mis dedos vacíos
de fuego y de cigarros.

Empañar el cristal
imaginando el humo.

Frotar las manos
una con la otra
evitar que se extiendan
pidan
se llenen nuevamente
del olor acre
....cálido
.......dorado
del tabaco.