jueves, agosto 05, 2004

Segundo a segundo

Hace poco, en mi cumpleaños, una de mis mejores amigas me regaló un reloj precioso, con carátula blanca y correas de cuero negro. Lo usé una media hora. Ahora me apena que me vea con mi antiguo reloj, pero el suyo amenazaba con sumirme en una crisis.

No soporto un reloj con segundero. No soporto escuchar el tic tac inexorable. Me provoca una angustia creciente, no puedo concentrarme, en lo único que puedo pensar es en el tiempo.

Cada segundo que se va es irreparable.

Antes, mi hermana me regaló un reloj digital, deportivo. También marca los segundos, pero no me importa. No lo escucho. Es mudo.

Pensándolo bien, la ansiedad proviene del sonido, del tic tac, de cada latido que se escapa. Y no regresa.

A partir de un post de Jean Bedel.

2 comentarios:

Unknown dijo...

A mi eso me pasaba con un despertador que tengo (de homer simpson) que se oia el tic tac, y la verdad, por la noche sin ningún ruido se oia bastante y claro, produce ansiedad :-). Lo tengo como elemento decorativo pero no le he vuelto a poner pilas :-)

ellb dijo...

Yo "abandonaba" el mío en cualquier parte de la casa y seguía escuchándolo en las noches. Hasta que un día lo metí en un cajón del tocador (de esos completamente caóticos) y santo remedio.