Carta primera
Bien creo que vuestras majestades habrán sido informadas de la posible existencia de un mar primitivo, aún no-descubierto. Estoy en la casa que desea ser barco, a una legua de lo imposible y, muy grandes reyes, muy católicos, altos, muy poderosos y excelentísimos príncipes, he tomado la decisión unilateral y arbitraria de sacar un asiento a la terraza para sentarme, arcabuz en mano, y mirar fijamente al horizonte, hasta que brote de él, ese viejo canto inaccesible.
Escrito por Rubén Rivera (Baja California Sur, 1967), en su libro La Casa de Cortés (2004).
1 comentario:
Magda, el hombre encontró muchas cosas... comenzando por el cuerpo de la Malinche, y después, se descubrió como un hombre que deseaba ser barco...
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