Baúl de los recuerdos

El fin de semana me dediqué a la emocionante tarea de arreglar mi cuarto. Bueno, solamente mis libreros y unas cuantas cajas con los consabidos papeles, recados, regalos, recuerditos, etc. que una va acumulando a lo largo de los años (estamos hablando de mi época de universitaria en Mty). Contrario a otras ocasiones no me sentí nostálgica, sino más bien contenta. Entre otras cosas me encontré unas agendas y calendarios (de 1996 y 1997) donde escribía lo que hacía, como me sentía y lo que me pasaba. No eran precisamente diarios, sino breves anotaciones, un recuento de mis días y de mi vida en aquella época. Gracias a esas notas recuperé muchos recuerdos y sobre todo, gente y situaciones que había olvidado por completo o que habían perdido perspectiva. Todo esto me hace pensar que si yo no lo escribo, no quedará conciencia de mis días, de lo que vivo. Claro que es muy presuntuoso pensar que a alguien le interesa (por supuesto, estaban plagadas de anotaciones triviales, como "Fuimos a cenar al Arbolito", "Me llamó Fulano" o "Fiesta en el edificio XV") pero creo que lo importante es que yo lo recuerde y pueda evocar, con una simple frase, toda una época.

Y después, que me cremen con todas mis agendas.