sábado, febrero 14, 2009

Viaje al castillo


Fui por primera vez al Castillo de Nueva Apolonia hace algunos años con unas amigas. Escribimos a varias manos acerca de este edificio perdido en el municipio de El Mante, Tamaulipas. Pero lo que más me impresionó de la visita fue la mujer que cuidaba el lugar, quien nos contó su historia: entre otras cosas, cómo un doctor que se instaló en el pueblo abusó de ella, embarazándola de su primer hijo, cómo no podía rehuir el contacto con él, que terminó siendo su marido. "Soy una papa enterrada" nos decía, el ser más insignificante, olvidado.


Hace una semana, por azares de la vida y del trabajo, regresé a Nueva Apolonia. Era sede de un evento organizado por el Gobierno del Estado. Partes del edificio estaban recién pintadas, se instalaron salitas y mesas de trabajo, charolas con bocadillos y en el exterior toda la parafernalia para una comida multitudinaria. Sin embargo, acertadamente no se hizo el intento de esconder el deterioro del lugar, que se yerge aún con gracia a pesar de sus paredes derruidas y los pisos levantados por las raíces de los árboles.


Esta vez tuve la oportunidad de entrar a la capilla, donde descansan los restos de algunos de los miembros de la familia Meade, los propietarios. Ha sido vandalizada, por otros que seguramente entraron por el mismo hueco en la reja por donde entramos nosotros clandestinamente. Armada solamente con la cámara de mi celular, no puedo hacer justicia al aire de nostalgia del lugar, a las tumbas abiertas, la sensación de abandono y decadencia.


Pero sobre todo, no puedo describir la soledad terrible que vi años atrás, mucho antes de que llegaran las camionetas, los caballos, los helicópteros y los meseros, y que cuando se hayan ido, regresará a enseñorearse de todo.



Más información sobre el Castillo y fotos.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Tremendo relato el de la mujer que cuidaba el lugar. Y las fotos, sobrecogedoras.

Rogelius dijo...

Tenía rato alejado de los blogs, sobretodo de dos que son los que me han marcado, obvio el mio, pero sobretodo el que me inspiro! Que cosas se dejan al olvido como si fuera una casa vieja de la que todos hablan, pero nadie se apura en mantenerla en pie.

Anónimo dijo...

Jean, Rogelio, muchas gracias. Y gracias por visitar este espacio que también estaba francamente descuidado.

Lucy Vicencio dijo...

hola! mucho gusto, me encontre esta entrada de blog y me llamo mucho la atencion, justo estaba haciendo una entrada en mi blog sobre este lugar, con algunas fotos que tome cuando lo visite, pero me llamo mas la atencion cuando vi que la señora que cuida el lugar (doña chenta algo asi creo que le decian) les platico su historia, tienes una entrada en donde tengas esa historia? me interesaria mucho leerla, saludos!

Anónimo dijo...

Yo lo visite I me conmovio al mirar como an dejado decaer este lugar . El tiempo k yo estube lo visite tres dias seguidos I me di cuenta k la senora k cuida el lugar le estaba kitando el cobre alas puertas I todo lo k es metal llo no se porke ai gente con tanta ignorancia I no valoran las cosas con valores historicos